Ignacio Arriaga · 08/11/2025
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Todos los que llevamos un poco de tiempo en esto y hemos tenido un relativo éxito escuchamos muchísimas ideas de empresas. La gente viene y te cuenta su idea y cómo la va a construir y tú sabes que la idea es mala y se va a estrellar.
No porque seas más listo que él, si no porque has visto más cosas. Pero lógicamente te callas, porque destrozar las ilusiones de la gente es complejo. También porque no siempre vas a llevar razón.
Lógicamente es imposible predecir qué cosas van a ser buena o mala idea a priori, pero vamos a hacer el ejercicio de intentarlo.
Yo soy una persona bastante sesgada porque estoy muy metido en el mundo del B2B, por lo que voy a declarar desde ya mi ignorancia sobre el B2C. Así que si quieres construir B2C, deberías buscar buenas ideas en otro lado. Pero si vas a hacer algo en B2B, hablemos de qué cosas pueden ser un buen negocio.
También estoy sesgado contra cosas que necesitan muchísimo capital para ponerse en marcha desde el minuto cero. No digo que sean malas ideas pero sí te digo que yo no sé identificarlas bien.
Por eso vamos a hablar de qué buscaría yo en una empresa que pudiera levantarse con poco capital para ser un buen negocio.
Para montar una empresa, lo primero que hay que tener es un problema que resolver. Y este problema tiene que ser real y crítico. Todos hemos escuchado alguna vez la clásica metáfora de pain-killers vs vitaminas.
El 90% del éxito de la empresa depende de elegir un problema adecuado. El conocimiento del problema es mucho más importante que el conocimiento de la solución, porque lo que buscamos es dar una solución distinta de lo que ofrece el mercado.
La sabiduría popular habla mucho de intentar resolver un problema que tengamos nosotros mismos, pero en el siguiente punto veremos que hay ocasiones en las que resolver un problema propio puede llevarnos lugares que no queremos visitar.
Algunas características de problemas interesantes y universales serían:
Generalmente nos enamoramos de problemas que son divertidos o de las tendencias más modernas pero el dinero suele estar en cosas aburridas en las que nadie quiere meterse.
El principal problema que tenemos cuando elegimos un problema propio es que el dolor que nos está produciendo a nosotros mismos nos impide ver cuánta otra gente tendrá ese mismo problema.
Hay dos variables que tenemos que analizar a la hora de crear un mercado:
Hay varias estimaciones buenas sobre cómo calcular un buen tamaño de mercado, Jason Cohen lo estima en 100.000 empresas. Hay otros dichos populares que hablan de que si existe una conferencia para el tipo de empresas que buscamos, sería suficiente para construir un negocio alrededor de ella.
Lo que está claro es que, cuanto menor sea el tamaño del mercado, más doloroso tiene que resolver el problema que vamos a resolver y mejor solución tendremos que aportar. Porque si nuestros clientes son muy pocos, tendremos que cobrar muy caro.
El precio es una de las decisiones más importantes que vamos a tomar en la vida de nuestra compañía. Y el primer precio es el más importante porque vamos a anclarnos a él para muchísimas cosas. No se vende igual un producto de 20€ al mes que uno de 2000€, ya que ambas serían empresas completamente diferentes: el producto, el equipo, la forma de venderlo.
Para tener una estructura de precios que tenga sentido tendríamos que conseguir que:
Es difícil conseguirla pero la información más valiosa cuando vas a montar una empresa es el presupuesto que los posibles clientes tienen para resolver el problema que tú les presentas.
Construir un negocio encima de un one-shot es una mierda. Esto provoca cierta complejidad porque es posible que resuelvas tan bien un problema que con un solo uso de tu producto hayas acabado con él. Uno de los principales problemas que tienen muchos productos AI-first es ese, que tienen el caso de uso para volarle la cabeza al usuario, pero que no son capaces de retenerlo porque no resuelven problemas lo suficientemente recurrentes.
Por eso tienes que buscar problemas que se repitan en el tiempo. Ya hemos hablado antes de los ligados con la legalidad y los impuestos. Su carácter cíclico los convierte en candidatos óptimos porque son un problema recurrente directamente por ley. Hay otras muchas cosas que, a pesar de no ser obligatorias, tienen un carácter recurrente: las campañas de marketing, la creación de contenido, el desarrollo de productos.
Una vez que tienes un problema necesitas cierta solvencia para enfrentarte a él. Pero no tenemos que confundir tener solvencia con ser un experto en el sector en el que quieres adentrarte.
Hay un tema muy interesante y es que muchas de las compañías que consiguen ser disruptivas son fundadas por personas ajenas al sector en el que trabajan. El motivo es que, cuando alguien conoce perfectamente algo, tiende a no buscar soluciones diferentes a las que ya hay. Muchas veces, un alto conocimiento del mercado, nos hace ser cínicos ante las innovaciones.
Un ejemplo sería el de Square, que reventó el mercado de pagos con tarjeta de crédito en EEUU con un equipo de tres tipos que no tenían ni idea del asunto inicialmente.
Pero la solvencia principal es la de conseguir convencerlos de que te compren. Hablemos sobre ello.
La demostración más abrumadora de solvencia para resolver un producto es conseguir que la gente te pague por ello. Pero cuando somos una empresa muy pequeña es complejo enfrentarse a empresas gigantes. Hay varias estrategias que se pueden utilizar como diferenciación cuando empezamos, de casi todas ellas hemos hablado largo y tendido en esta newsletter.
Hay muchas otras técnicas y una de las más empleadas es la de fusilar a un competidor. Así que hablemos sobre competidores.
Una de las cosas que más repiten los emprendedores sin experiencia cuando enseñan una idea nueva es que no tienen competencia. Y lo que no saben es que no tener competencia es una pésima noticia: o eres un genio y has tenido una idea brillante que solamente se te ha ocurrido a ti o tu idea no es tan buena y ya la ha descartado mucha gente. Por eso, respecto a los competidores:
Copiar a un competidor teniendo claro cómo te vas a diferenciar de él, es muy probable que sea una buena idea. Porque ya sabes que hay mercado, que se puede vender lo que vas a vender y que hay presupuesto para pagarlo.
Cada vez estamos más cegados por las ideas fancy y, por lo general, es mucho más necesario encontrar un buen problema. Esta es mi lista sobre cómo montar un buen negocio que gane dinero, aquí tienes la versión de Paul Graham sobre cómo montar un unicornio si es el rollo que a ti te va.
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