Ignacio Arriaga · 22/12/2023

Por qué la cultura Hustle está dañando el sector

Por qué la cultura Hustle está dañando el sector

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El otro día leía un Tweet acerca de un inversor que decía que hay que "dejarse la vida por la empresa". Esta narrativa es bastante habitual en el mundo de los negocios y, para mí, es una falta de respeto a la vida.

A mí me gusta trabajar, he metido muchas horas de trabajo durante etapas de mi vida y, sinceramente, me he dado cuenta de que no vale para nada matarse. Es muy difícil mantener un ritmo altísimo de trabajo durante años sin que otras muchas cosas se resientan.

Lógicamente emprender es duro. Y esforzarse es necesario. Si únicamente haces las cosas que te apetecen es muy difícil que consigas llegar a ningún sitio. Mejorar en algo suele ser un proceso desagradable con un cierto sufrimiento. Pero meterse en un frenesí por el que ni duermes, ni comes, ni haces ejercicio, ni cuidas de tu familia o amigos desde luego que no es el camino. Si quieres que algo funcione primero tienes que funcionar tú. En este sector hay muchísimo burnout y también otras patologías mentales y muchas vienen provocadas por esta cultura.

De dónde viene esa cultura

Hay dos orígenes habituales para este tipo de afirmaciones. El primero es el mundo del Venture Capital. Hay muchísimas cosas positivas en el mundo del VC. Pero también hay que entender que muchas de las afirmaciones que vienen de ahí están orientadas a reducir riesgos. Al final el VC hace apuestas y cuanto menos arriesgadas sean, mejor para él. Por eso prefiere inculcar la idea de que hay que dejarse la vida por la empresa, porque si tú te machacas durante los 2 ó 3 años que él sea socio de la empresa, aparentemente el éxito puede ser más probable.

El otro origen es el de los vendehúmos. No escucharás a un panoli de los que venden cursos decir que la cultura del esfuerzo inmenso está sobrevalorada. ¿Por qué? Porque siempre pueden decirte que lo que te han vendido no ha funcionado porque no te has esforzado lo suficiente. Es su estrategia para descargarse de responsabilidad. Un origen mucho menos legítimo que el de los VCs porque al menos los otros se están jugando su capital. Estos directamente te sacan la pasta para, después, echarte la culpa.

La obsesión por el éxito

Si el 90% de las empresas que arrancan en España cierran a los 3 años, ¿cómo es posible que lo único que escuchemos sean historias de éxito y de lo bien que vamos todos? Veo en Twitter a peña hablando de cómo con un sueldo de 1000€ al mes hay que ahorrar un 20% para invertirlo. He currado con chavales de 22 años que decían que iban a ganar 100.000€ en tres años. Los canales de YouTube que más lo petan están llenos de la palabra millonario. Los podcasts hechos por emprendedores de lo primero que hablan es de lo enorme que ha sido su ronda de inversión. Newsletteros cuyo único negocio ha sido vender su suscripción van dando lecciones de cómo hacerse rico. Y así todo.

Lógicamente creo que el dinero es importante. No voy a ser yo, que siempre he defendido la rentabilidad como la mejor métrica para analizar una empresa, el que diga lo contrario. Pero quizás estamos viviendo en una burbuja que nos está haciendo más mal que bien. No es que yo sea precisamente un decrecentista, pero quizás estamos empezando a medirnos con escalas irreales. Un catedrático de universidad cobra 56.000€ anuales. ¿Nos parecería mucho o poco cobrar eso? Si estamos en un sector privilegiado, aprovechémoslo mientras dure pero no nos masacremos con que no tenemos el éxito del tipo de al lado.

Que yo no creo que hablar de facturación y de EBITDA y de dinero sea un error. Pero no hablemos de dinero solamente cuando estemos hablando de ocho dígitos. Hay muchísimas empresas que proyectan éxito y que están facturando 30.000 o 300.000 euros anuales. Y no pasa nada por decirlo, porque todos hemos pasado por ahí y muchos ni siquiera han llegado. Los fracasos existen y todos los tenemos y estaría muy bien escucharlos. Los dos episodios de podcasts que más he disfrutado y de los que más he aprendido en la vida, hablaban de fracasos.

Hay que intentar no obsesionarse porque la realidad es que, en España, las personas que tienen más de 300.000€ son el 0.5% de la población. Las que tienen más de 1.5M son el 0.14% de la población. Y a todos nos gustaría que hubiera más, pero ese no es el tema hoy. El tema es que compararse continuamente con el que tiene más va a hacer que siempre sientas que eres pobre.

Hay otros caminos

Lo que quiero transmitir aquí es que en mi opinión el dinero es importante. Pero está muy lejos de ser lo único importante. Que emprender, por lo general, es una carrera de fondo. Que si alguien te dice que dejes de lado tu vida, creo que lo que tienes que dejar de lado es a ese alguien.

Vida hay una. Posibilidades de fracasar en una empresa hay muchísimas. ¿Cuánto más trabajes más las minimizaras? Es posible. Pero también hay muchísimos otros factores que no dependen de ti: tu situación inicial, la suerte o el timing son buenos ejemplos de ello. Parece mucho más encomiable contar que me maté a trabajar para tener éxito a que tuve una suerte bárbara para conseguir algo. Pero, por lo general, en los grandes éxitos hay un factor muy relevante de suerte.

La cultura corporativa española de calentar la silla se ha traducido a la obligatoriedad de trabajar 70 horas a la semana si eres autónomo o empresario. Y hay muchísimos casos que no lo hacen y les va bien. Bosco con SinOficina , Carlos con Quaderno , Tommy con TheClassYoga . Y seguro que hay decenas más. Tampoco es necesario ser como ellos y trabajar cinco horas al día o viajar por todos los países. Pero sí que son buenos contraejemplos del señor que mete 700 horas al mes.

En resumen

La mayoría de nuestros trabajos requieren un esfuerzo intelectual elevado. Es muy difícil poder mantener ese esfuerzo eso durante diez o doce horas al día de forma continuada. Lo que pasa es que cuando estás en esa rueda es difícil ver que, quizás, cuidándote un poco podrías hacer el mismo trabajo en la mitad de tiempo si tu cabeza estuviera despejada.

¿Significa esto que hay que dedicarse a no hacer nada para esperar el éxito? Desde luego que no, yo creo firmemente que "cuando haces cosas pasan cosas". Para mí, intentar cosas es una de las mejores inversiones que hay. Solamente por aprendizaje y por motivación ya podemos tener un buen retorno. Pero también creo firmemente en la gestión de expectativas. Hay que ser optimista dentro del realismo, para evitar una hostia de realidad que nos hunda.

Por supuesto que habrá periodos en los que vas a necesitar echar horas, ¿pasa algo? Nada en absoluto. Yo estoy escribiendo esto un domingo por la mañana y lo hago tan contento. Cuando sí pasa es cuando te sientes culpable por parar un rato. Cuando sí pasa es cuando no puedes atender a nadie y abandonas tu vida, tu salud o tu familia por un proyecto. Ahí es cuando tienes que pararte y reflexionar si lo que haces realmente te está mereciendo la pena.

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