Ignacio Arriaga · 03/05/2024

En defensa de las cosas inútiles

En defensa de las cosas inútiles

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Hoy vamos a salirnos del tema del SaaS para hablar de algo que sobrevuela la industria tecnológica con mucha insistencia: la productividad. Si, de todas formas, te quedas con muchísimas ganas de que te cuente algo sobre SaaS, aquí tienes un vídeo que habla sobre la moda del software de pago único y te cuenta si acabará o no con el modelo de suscripción. También te puedes suscribir (gracias) aquí.

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Se han escrito decenas de libros, vídeos, artículos, tweets, posts y demás formas de contenido dedicadas a hacernos más productivos. Es una industria millonaria basada en hacernos creer que podemos hacer muchísimas cosas útiles durante el día. Y eso no siempre es así.

Rutinas loquísimas que nos hacen levantarnos a las 5 de la mañana, duchas frías a diario, entrenamientos cuanto más eficaces mejor, no te des un paseo sin un podcast que estás perdiendo el tiempo, no te leas una novela habiendo libros de no ficción. Optimiza cada momento de tu vida. Incluso optimiza tu vida para vivir mucho más.

Leemos libros tomando notas que luego pasamos por tres herramientas para condensarlas y conectarlas para después no mirarlas jamás. Si hay una idea en un libro que te vaya a cambiar la vida, no te preocupes, porque no se te va a olvidar.

La gente pierde más tiempo investigando sobre productividad que realmente produciendo. ¿Eres desorganizado y quieres un sistema? Pues utiliza uno y no busques más. ¿Necesitas una herramienta? Pues utiliza una y no busques más. Invertir tiempo, esfuerzo y dinero en ser más productivo es dejar de ser productivo.

Ya hay hasta gente que te recomienda cambiar de amigos para conseguir unos mejores que te permitan ser más productivo y eleven tu economía en lugar de tu espíritu.

Realmente no hay tantas cosas importantes que hacer

Desde el punto de vista de los negocios, creo que hacer cincuenta tareas al día que ya tenemos perfectamente planificadas es, incluso, contraproducente. De verdad que creo que por hacer muchísimas cosas durante muchísimas horas sin pararte ni a pensar no vas a conseguir mejorar tanto.

No hacen falta diez sistemas para no olvidarte de hacer las cosas. Es muy difícil que no te acuerdes de hacer las cosas realmente importantes. Y, si se te olvidan, es porque no eran tan prioritarias. Sinceramente pienso que, en lugar de hacer más cosas, necesitamos hacer menos. Centrarnos en lo verdaderamente importante en lugar de en tachar cuantas más cosas mejor de una lista.

Hacer mucho y disfrutar poco

Creo que la industria de la productividad nos está convirtiendo en auténticos tarados que no disfrutan de lo que hacen. Estamos enfocándonos muchísimo en las cosas a producir y muy poco en las personas que las producen. Los negocios digitales se parecen bastante poco a una máquina de montaje pero, en muchos casos, los tratamos como una.

Nuestros trabajos y más si nos dedicamos a la parte de negocio tienen una parte eminentemente creativa. Y una de las pocas formas de fomentar esa creatividad es dejarnos llevar por nuestra curiosidad de aprender. Si nos enfrentamos a nuestro trabajo como si fuéramos un cyborg, asistimos a diez reuniones y tachamos ocho tareas, cuéntame dónde está el espacio para investigar y descubrir cosas.

Nos estamos convirtiendo en personas que se enganchan a la sensación de acabar cosas y, con ello, dejamos de mirar la big picture. Necesitar veintisiete sistemas para hacer las cosas importantes dice poco de tu definición de importante.

No hay tantas cosas que muevan verdaderamente la aguja

En un negocio, la mayor parte de la ganancia, viene de muy pocas acciones. La regla del 80%-20% se cumple perfectamente. De las cosas que hagas, muy pocas van a mover verdaderamente la aguja. Y nos estamos centrando mucho más en ejecutar un gran número de tareas que en buscar las cosas que de verdad van a impactar.

¿Cuántas features de los productos no se utilizan jamás? ¿Cuántas cosas se hacen por el mero hecho de llenar de tareas a los empleados para que sean productivos? ¿Cuánto tiempo dedicamos a poner goals y kpis para poder medir la productividad? El de departamentos enteros ¿Pero cuánto tiempo utilizamos para medir la calidad? Poco o nada.

Siento deciros que Google era mucho más productivo cuando consistía en una panda de hippies que se olvidaban hasta de pagar las nóminas. De la libertad que daban surgieron proyectos que, de verdad, cambiaron la forma de utilizar internet. Del Google de las OKRs ha surgido la idea de despedir al equipo de Python y al de Flutter en el momento en el que la IA y el No-code son los mercados más pujantes del mundo.

En defensa de las cosas inútiles

No todo lo que se haga en la vida tienen que ser útil. Cómete unos churros si te apetece, échate un partido de pádel en lugar de ir al gimnasio y queda con tus amigos de toda la vida sin pensar en cuánto van a mejorar tu situación económica.

De las cosas inútiles y de la procrastinación surgen un montón de cosas buenas. Los momentos de relax son momentos en los que aumenta la creatividad. De las relaciones no interesadas es de las que verdaderamente surgen cosas interesantes.

Con todo esto no estoy negando que ser disciplinado y hacer cosas sea un buen camino para que pasen cosas buenas. Creo firmemente que tener propósito por el que esforzarnos nos ayuda a vivir más felices. Pero también pienso que debemos intentar disfrutar un poco más del camino y no estar tan centrados en analizar y optimizar.

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