Ignacio Arriaga · 18/02/2023
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Estamos viviendo una auténtica oleada de novedades tecnológicas en torno a los modelos generativos de inteligencia artificial. Mires adonde mires, en el sector tecnológico, la gente está compartiendo conversaciones con ChatGPT, fotos generadas con Midjourney y opinando sobre cómo Google va a desaparecer o el SEO va a morir.
Es difícil abstraerse del ruido que se está generando en torno a todo este tema y mirarlo con un poco de distancia y cuando se está montando un negocio siempre se siente la tentación de seguir una de estas tendencias. Pero, ¿es una buena idea? Como en todo, yo le veo ventajas e inconvenientes.
Lógicamente vas a entrar en un mercado que está en crecimiento y, seguramente, en una fase relativamente inicial. Todos los mercados expansivos son una buena oportunidad para formar un negocio, ya que hay más oportunidades y más espacio para innovar.
También existen problemas derivados de esta tipología de mercados: los expertos son muy caros. Hubo muchos desarrolladores que abandonaron trabajos muy bien pagados por otros mucho mejor pagados porque se convirtieron en expertos en web3. Conseguir a alguien que controlase de esos protocolos se convirtió en una pesadilla económica. Seguramente termine pasando lo mismo con la IA. Seguramente sean los mismos que han dejado de ganar dinero en web3.
También hay otro problema y es que la competencia es brutal. Todos los nerds del mundo están ahora mismo pensando qué pueden hacer con las IAs generativas por lo que competir ahí va a estar muy complicado en los próximos años.
Hay que diferenciar la divulgación de la experiencia. La divulgación, en cualquier campo, es muy importante para la popularización y el paso del nicho al gran mercado. Pero un divulgador, por norma general, carece de experiencia real y profunda en el campo en el que trata. Y eso no está mal, porque son papeles diferentes y ambos son necesarios. A mucha gente que hace cosas chulas se les da fatal explicarlas y ahí los divulgadores ayudan mucho.
El problema es cuando intentamos montar un negocio bajo la influencia de alguien que es un auténtico entusiasta del tema en cuestión. ¿Cuánta gente ha seguido la senda del mundo cripto solamente escuchando a fanáticos con poquísima skin in the game ? Casualmente muchos de ellos han desaparecido según ha bajado un poco el souflé de la web3. Los que ahora siguen hablando de tema, seguramente sean los verdaderos expertos en el asunto. El resto estarán hablando de IA o de copywriting.
Pues pienso que lo mismo pasa ahora con la Inteligencia Artificial y pasará con todas las modas por el estilo. Mucha gente cuyo único objetivo es conseguir seguidores y mostrar lo que puede conseguir con el mundo algo de lo que son fans. Gente que no explora los contras, principalmente porque no quieren verlos ya que tratan las tendencias de negocios como religiones.
Hace seis meses asistíamos a la muerte de la web tradicional y como la web3 iba a destruir a las grandes corporaciones. Todo iba a ser descentralizado y cada uno iba a tener prácticamente un trozo de internet ejecutándose en su casa. Todo lo que conocíamos estaba muerto. Íbamos hacia el futuro y este era imparable. Pasados unos meses, todo sigue igual.
Vemos peleándose a dos de los gigantes de siempre por una tecnología propietaria y centralizada que ahora sí que sí, va a cambiarlo todo. Todo va a morir y todo el mundo va a caer, Facebook está muerto (hasta que meta un chatbot en WhatsApp, la aplicación donde la gente sí está acostumbrada a chatear, por cierto). Se ven mofas a Apple porque su Siri es demasiado tonto comparado con el resto de asistentes. Google va a morir porque le va a ganar la partida Bing, todo esto teniendo un 77% de cuota de mercado en los navegadores, y todos los dispositivos Android e iOS utilizando su buscador por defecto.
Posicionarse en este tipo de cosas de un lado o de otro, como si fuéramos hooligans, nos impide realizar un análisis objetivo y frío de la situación. Y si lo que queremos es hacer hilos de Twitter y comentarlo con los colegas, esta postura es hasta sana. Pero hay que recordar que montar un negocio, a pesar de que en última instancia es un salto de fe, también es una cuestión de intentar reducir riesgos y para ello es necesario analizar con cierta distancia.
Yo pienso que estas explosiones tecnológicas que estamos viendo van a avanzar y van a integrarse en muchas soluciones y acabarán teniendo su hueco. Pero nadie sabe si van a ser una revolución real hasta que pasen unos cuantos años. Creer eso es un salto de fe.
Montar un negocio encima de una de estas tendencias puede ser una buena idea porque son expansivas. Pero hay que entender el riesgo que se corre: que cuando se acabe la efervescencia tengamos un negocio obsoleto. Lógicamente va a haber gente que haga mucho dinero y ser oportunista en este tipo de cosas es una virtud gigante. Pero hay que diferenciar el oportunismo de la creencia ciega. En un negocio por lo general se invierte mucho dinero y, sobre todo, mucho tiempo propio y ajeno. Hay que intentar ser responsables y honestos con la gente a la que arrastramos.
Seamos honestos, yo he visto morir el email decenas de veces en los años que llevo en ese sector y ahí sigue. Yo creo que es muy complicado que muchos modelos de negocio clásicos y gigantes mueran de forma instantánea por la irrupción de una tecnología. El ser humano es costumbrista y existe un largo declive para cualquier cosa a la que estemos habituados.
He visto varias veces el ejemplo de que cuando aparecieron los congeladores, terminó el negocio de la venta de hielo. Pues bien, la venta de hielo factura, solo en España, 500 millones de euros al año. Más que el 90% de las startups tecnológicas patrias juntas. No subestimemos el inmovilismo.
Ya hay muchísima gente dando por muerto a Google, al SEO, a Facebook. Hace dos años los bancos estaban muertísimos, hoy tienen beneficios record. Tengamos cabeza a la hora de dar por muertas cosas con una inercia tan grande.
Lógicamente hay una oportunidad gigante en torno a la IA y, seguramente hace dos años la había en torno al mundo crypto. Medrar en tiempos de burbuja es algo posible, todo mi respeto para los que lo consiguen. También hay que tener en cuenta que, muy probablemente, va a ser algo pasajero y que las tendencias tan tremendamente disparatadas suelen estar sobredimensionadas por los efectos de las redes sociales y las cámaras de eco.
Yo no soy un inmovilista y todas esas cosas me parecen fascinantes y me encanta conocerlas un poco más de cerca. Pero también soy fan de la responsabilidad y de cuidar a la gente que me acompaña a la hora de montar un negocio. Elegir un modelo de negocio más clásico y basado en algo que lleva tiempo posiblemente sea más lento y tardará más tiempo en explotar, habrá más crecimiento orgánico y menos hockey stick , pero quizás sea más sostenible en el tiempo. Todo depende de la personalidad de cada uno.
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