Ignacio Arriaga · 12/12/2025
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Por ejemplo, pero no en exclusiva, la del 9-9-6.
Si no lo conoces, el tema este del 996 –yo pensaba que era un Porsche– consiste en trabajar de nueve de la mañana a nueve de la noche seis días a la semana.
Primer disclaimer: cuando montas una empresa vas a currar muchas horas. Pero hacer que eso sea el por defecto del modo de trabajar de tu empresa no solo no es justo –al fin y al cabo es tu empresa, no la de los que trabajan allí– si no que puede ser muy contraproducente.
Podría centrarme solamente en eso, pero hay tantas otras modas que nos han caído del cielo, que tengo que generalizar un poco más.
Es fácil de responder: la mayoría surgen por interés. Solo os pongo dos ejemplos:
Siempre, tras cada una de estas modas, hay unos intereses. Y siguiéndolas lo único que estamos haciendo es apoyar a esos intereses.
¿Quién nos ha traído el absurdo del 996? Dos tipos de perfiles: fundadores psicópatas que piensan que explotar a su equipo es el mejor camino hacia el éxito e inversores de los que le piden a sus invertidas que “se dejen la vida por el proyecto”.
Que tu empresa, en la que el sueldo más alto son 25000€, se parece poco a una megacorporación que necesita despedir a 5000 personas. Tampoco tu país se parece a China, donde el trabajo no tiene prácticamente ninguna diferenciación con la vida.
El problema es que innecesario y añade una complejidad extra implantar la última metodología que se usa para gestionar una SP500 en tu empresa de 10 empleados, en la que debería haber la mínima burocracia posible.
Dar bandazos y pasar de una moda a otra cuesta tiempo, dinero y provoca desazón a los empleados. En muchos casos se persiguen las cosas trendy en lugar de perseguir la facturación y los beneficios.
La última moda es la de insistir en trabajar de nueve a nueve durante seis días a la semana. Y afirmar que las empresas que consigan hacer eso van a vencer a las que no. Y yo, la verdad, discrepo seriamente.
Toda esta moda viene porque se insiste en que es lo que hacen las empresas Chinas para conseguir ser más productivas tecnológicamente. Probablemente en la época de la esclavitud la productividad era excelente pero, al menos la mayoría de nosotros, no queremos volver a ello. Quizás haya otros factores para que china esté desatada tecnológicamente como: una inversión pública loquísima en I+D, tener más graduados en tecnología que cualquier otro país del mundo o tener el expertise de haber sido la fábrica del mundo durante los últimos 30 años.
Pero, de todos estos factores, el que decidimos que hay que copiar es el de hacer que las empresas trabajen 72 horas semanales. Porque es el único que se adapta a la narrativa imperante de que en occidente somos vagos.
Realmente me sorprende tener que estar argumentando contra esto, porque ya escribiendo el título sé que lo que voy a decir son obviedades pero, chico, allá vamos.
Nadie aguanta trabajar 72 horas semanales durante un tiempo sostenido. Todos tenemos semanas en las que trabajamos más y otras en las que descomprimimos, pero ese ritmo no es compatible con la vida y con la salud durante un tiempo prolongado. Puedo entender que un fundador dedique más horas que un reloj pero pretender que sea la práctica habitual de cada trabajador –y más teniendo en cuenta que aquí en España los salarios son los que son– creo que estar un poco fuera de la realidad.
Obviamente, nadie que tenga una familia puede permitírselo: eso eliminar a muchísimo talento senior y, sobre todo, elimina mucha experiencia acumulada en esas personas que ya tienen bastantes tiros pegados. Vas a tener a una pandi de teenagers motivados pero sin nadie que se haya pegado antes con problemas de verdad antes.
Cuando parecía que las empresas ya nos habíamos acostumbrado a trabajar por resultados, volvemos a la preciosa cultura de calentar la silla.
Como no se pueden hacer cosas productivas durante 72 horas a la semana. Así que la gente hará cosas no productivas: aumentarán las reuniones, los documentos, la burocracia y las tonterías. Y, cuando te des cuenta, en tu empresa se trabajará de forma efectiva menos horas que si tuvieras un horario razonable.
El descanso es necesario para la creatividad. Y hay bastante creatividad involucrada si queremos construir una empresa innovadora. Muchas de las mejores ideas surgen cuando no estamos buscándolas y para eso hace falta hacer cosas que no tengan que ver con el trabajo.
Hay que tener cuidado con de dónde vienen esas narrativas y cuáles son las intenciones que hay detrás. Revisando mi timeline, los que más aprietan para apoyar esta en concreto son –sorpresa– VCs buscando que sus fundadores literalmente se dejen la vida para llegar a los objetivos.
Todos hemos tenido semanas o incluso meses en los que hemos echado más horas que un reloj, pero casi todos hemos sabido bajar el ritmo después y descansar. Si no lo hacemos pasan cosas como ésta o ésta o ésta.
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