Ignacio Arriaga · 27/06/2025

Por qué la moda indie está matando a las empresas pequeñas

Por qué la moda indie está matando a las empresas pequeñas

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Con la IA haciendo que el desarrollo se esté convirtiendo en algo cada vez más sencillo, está apareciendo una proliferación de productos mucho mayor que la que se vivía en años anteriores.

Con la reducción del esfuerzo que se invierte en esos productos, también se reduce el compromiso que ponen los fundadores ante ellos. Si hace ya unos años veíamos a indie hackers crear doce productos en un año, ahora veo a algunos que cuentan que crean uno a la semana.

Es imposible mantener de forma seria portfolios de ese tamaño y eso está creando una gigantesca colección de productos zombies. Si tienes la mala suerte de comprar uno de esos productos que no pitan, habrás perdido tu tiempo y tu dinero.

La manía de no tener equipo

Primero por que hay una mentalidad de evitar a los equipos. Se habla continuamente de que va a llegar muy pronto el primer unicornio de una sola persona, como si fuera un éxito del mercado y yo creo que es un retroceso. No soy yo sospechoso de defender a los equipos grandes pero es muy difícil mantener un buen producto en soledad. No digamos ya mantener diez.

Hay ejemplos de productos con equipos muy pequeños que han tenido éxito. Todo el mundo pone el ejemplo de Pieter Levels, pero sus productos que facturan cantidades serias tienen un churn disparatado. Y creo que uno de sus problemas, y el de varios similares, es que mantiene demasiados productos con demasiada poca gente.

Incluso ha habido exits que se han producido con equipos mínimos, como el de Magnific en España o el de Base44 –80 pepinazos ha pagado Wix por este producto hecho por un solo founder– a nivel mundial. Pero no podemos olvidar que son la excepción y no la norma.

Hay un punto en el que un equipo grande se vuelve una carga, pero hay otro en el que la existencia de equipo lastra la calidad del producto y hace que su retención cada vez sea peor. Probablemente en el centro esté la virtud.

La moda de automatizar y utilizar agentes para todo va a hacer que el que le ponga un poco de cariño y un toque humano a su equipo tenga productos premium que, no solamente puedan ser más caros, sino que además retengan mucho mejor a los clientes.

Yo nunca he sido capaz de centrarme en varias cosas a la vez, más allá de tener un side project como esta newsletter, pero hay gente que sí que lo consigue. Y la forma en la que lo suele conseguir es muy sencilla: delegando en lugar de absorbiendo todo.

Ser early adopter se convierte en riesgo

Un ejemplo de la problemática es este tweet . En él, multitud de personas se quejan de que ya no compran productos creados por fundadores “indie”. El problema es que los que escriben en ese hilo son el perfil perfecto para ser los early adopters de un producto: cuando arrancas una empresa es muy difícil que te utilicen las empresas del Fortune 500 pero, hasta ahora, era relativamente sencillo convencer a este tipo de perfiles.

Que las prácticas de prueba y error de unos cuantos afecten a todos los que lanzan un producto puede hacer que las empresas pequeñas de software, a pesar de ser serias y estar comprometidas con el largo plazo, tengan muchos problemas para arrancar su rueda. Y si no hay early adopters lo único que va a haber son empresas grandes consolidándose cada vez más y más.

El lanzamiento es el principio, no la meta

Lanzar la primera versión de un producto y conseguir los primeros clientes es el comienzo del trabajo. Después, además de construir, hay muchas partes menos divertidas como intentar vender, hacer soporte, arreglar estropicios y lidiar con mejoras.

Pasar de dedicar un 99% del tiempo a construir producto a tener un 20% del tiempo para ello es algo que mucha gente no está dispuesta a conceder. Por eso lanzan producto tras producto tras producto y los abandonan tan rápidamente, dejando a una pila de clientes cabreados detrás. Y el problema es que no solo se cabrean con ellos, se acaban mosqueando con todo lo que huela a desarrolladores independientes.

Las “consumer apps”, la última fiebre

El último invento que he visto es ponerse a lanzar aplicaciones para consumidores, imagino que son más susceptibles al primer enamoramiento que las empresas. El playbook es sacar aplicaciones que hacen lo mismo que otras muchas existen cobrando por ellas. Alguna funcionalidad muy sencilla.

El utilizar como target al consumidor es porque es mucho más sencillo conseguir una venta impulsiva para ellos que para una empresa. Las empresas cada vez se van cerrando más a la compra de productos nuevos o relativamente pequeños, por problemas en el soporte y miedo al abandono.

En muchos casos su canal de adquisición es TikTok, buscando la impulsividad del comprador, tratando de crear uno o varios vídeos virales, copiando algunos que hayan funcionado sobre el tema. Temáticas como productividad, salud o hábitos son clásicos.

¿La retención? Les da igual, solamente quieren el pago inicial porque ya saben que la retención en aplicaciones para consumidores no suele ir más allá del primer pago anual, de hecho, según los datos de RevenueCat, la mediana de la retención es del 28% –y eso que muchas de las aplicaciones serán de calidad– por lo que las renovaciones y la atención al cliente están lejos de sus objetivos.

Si buscas early adopters, ¿qué puedes hacer?

Primero, intentar centrarte en un producto, porque la gente va a investigar antes de comprar, sobre todo si tus clientes son empresas.

Luego, prestar un servicio de atención al cliente que roce la magia a los que conozcas, no intentes optimizar aquí al principio, todos sabemos que no va a escalar cuando tengas miles de clientes, pero a las primeras decenas que han decidido prestarte su confianza intenta devolverles valor.

Además, creo que las páginas de quiénes somos y por qué hacemos esto cada vez van a tener más visitas. Yo la verdad es que compro pocos productos sin informarme un poco antes.

Aunque me duela un poco decirlo por mi background boostrappero, es posible que una ronda de financiación también se pueda considerar como una señal de compromiso, ya que al menos los contratos con los inversores te obligarán a ello.

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