Ignacio Arriaga · 26/07/2024

Hablemos de negocios milenarios

Hablemos de negocios milenarios

Índice

Hoy vamos a hablar de cuáles son las empresas más antiguas del mundo. ¿Qué podemos aprender de empresas que llevan más de 1000 años en funcionamiento ahora que vivimos en un mundo de startups cuyo objetivo es ir lo más rápido posible? Veamos.

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¿Cuánto dura una empresa normalmente? Pues depende de su tamaño y de su crecimiento, para que tengamos una referencia tomaremos el Fortune 500, un índice que incluye las 500 mayores empresas públicas de EEUU y que existe desde 1955. Pues bien, el dato es fácil: 9 de cada 10 empresas que aparecían en el Fortune 500 en 1955 ya no están ahí. Solamente 50 de 450 empresas siguen apareciendo.

Dónde, un factor clave

Si queremos investigar qué tienen en común las empresas más antiguas del mundo, vamos a recibir una primera respuesta bastante rápida: su país de origen. Japón es la cuna de las empresas longevas: en el mundo hay 14 empresas que tienen más de 1000 años de antigüedad y 9 son japonesas. ¿Tiene sentido que un país con el 1.5% de la población mundial tenga el 65% de las empresas milenarias que hay?

Pues sí y por varios motivos:

  • La tradición: Japón es un país donde se respetan fuertemente las tradiciones. Para muchas personas, continuar con el negocio familiar no es una elección, es algo que ni siquiera se cuestiona. De hecho, tienen una palabra para denominar este tipo de negocios: shinishe cuyo significado es “tienda antigua”.
  • El aislamiento: Japón es una isla y, por lo tanto, su interacción con el resto de países ha estado limitada de forma geográfica.
  • El sistema de propiedad y el honor: Japón tiene una tradicción ancestral de negocios familiares y continuar el negocio familiar se considera un honor. Vender o cerrar una empresa es considerado un fallo o una vergüenza en Japón.
  • También hay un par de prácticas bastante chungas que han permitido que estas empresas subsistan tanto tiempo: la de adoptar adultos como hijos para que hereden la empresa y la de concertar matrimonios de conveniencia. Lo de adoptar puede sonar a locurón pero incluso empresas gigantes como Suzuki o Panasonic lo han llevado a cabo. En Alemania, otro país en el que existen muchas compañías centenarias, se tiende a limitar el número de herederos a únicamente uno, para así reducir la dispersión de los activos.

¿Qué otros países destacan en la lista? Pues los europeos, con empresas milenarias en Francia, España, Alemania o Italia.

El modelo de propiedad

Ninguna de las empresas han tenido acceso a inversión pública. Probablemente la forma más rápida de destruir una compañía es la de seguir el objetivo de los inversores profesionales: intentar crecer a toda costa. Cuando en una empresa no hay inversores profesionales, la posibilidad de que la compañía se venda se diluyen. Cuando entran los inversores hay dos caminos: la quiebra o la venta.

De hecho, aquí hay una excepción: la de Kongö Gumi dedicada a la construcción de templos budistas, la empresa más antigua del mundo, fundada en el año 578. Después de 40 generaciones perteneciendo a la misma familia hasta que en 1955 salió a bolsa y abandonó su nicho para dedicarse a la arquitectura en general. Empezó a crecer mucho y, durante una burbuja inmobiliaria que hubo en los años 90, contrajo muchísima deuda y en 2006 presentó el concurso de acreedores. Ahora es una subsidiaria de una empresa mayor.

Estas empresas tienen menos ambición y menos crecimiento: si lo que buscamos es maximizar el tiempo de vida de una compañía, crecer por el mero hecho de crecer no es el camino. Seguramente, el crecimiento sideral, será la forma más rápida de que el propietario se haga rico, pero no de que la empresa perdure. La diversificación y la innovación son objetivamente buenas ideas para conseguir más facturación pero no lo son para que la empresa dure más.

Más del 80% de las compañías japonesas que tienen más de 100 años facturan menos de 6 millones de euros. A cualquiera que estuviera veinte años con su empresa tecnológica y facturase menos de eso se le consideraría prácticamente un paria en nuestro amado sector tech. Aquí tenemos que plantearnos qué queremos: ser capaces de facturar mucho muy rápidamente o ser capaces de facturar algo menos durante mucho tiempo. Porque la forma de operar va a ser diferente si queremos persistir en el tiempo o nos da igual quemar a nuestro público para exprimirle el mayor beneficio cuanto más rápidamente mejor.

Foco en algo duradero

Hay negocios que llevan mil años haciendo exactamente lo mismo. En la lista de los 10 negocios con más de 1000 años de antigüedad hay 3 hoteles y los tres tienen el mismo número de habitaciones que hace 300 años. Hay una frase que seguro que has escuchado que dice que las empresas “o crecen o mueren”. Bien, con estos ejemplos podemos ver que es falsa. El inmovilismo y la especialización ha hecho que estos negocios hayan perdurado en el tiempo.

Hay evolución, pero suele ser a servicios muy cercanos. El que podríamos calificar el restaurante más antiguo del mundo, con este nombre impronunciable, en el que comieron personajes tan ilustres como Mozart o Cristobal Colón, únicamente ha pasado de servir vino, a también servir comida y dar alojamiento. Todos ellos servicios muy relacionados entre sí. Ninguna empresa milenaria pasó de servir vino a montar placas solares.

Es importante dar un servicio que no sea caduco. Las empresas basadas en modas puntuales son candidatas claras a desaparecer. Pero esto no significa que las empresas no puedan evolucionar. Te sorprenderá saber que nintendo se fundó hace casi 150 años. Te preguntarás qué hacía Nintendo en una época en la que prácticamente no había luz eléctrica en las casas. Pues hacía lo mismo que ahora: entretener. En ese momento en forma de cartas. Pero ha durado tantísimos años porque ha sabido destilar su esencia: el entretenimiento.

Además de hoteles, en la lista de empresas de más de mil años, hay un restaurante, un par de bodegas, dos casas de monedas y tres empresas relacionadas con la religión. Comida, bebida, dinero y espiritualidad: todo servicios imperecederos y listos para durar otros mil años más.

Otro rasgo que tienen en común es que son compañías locales: La producción de mucho valor en un lugar concreto hace que haya mucha dependencia de ellas en ese área y provoca que tanto las administraciones públicas como los propietarios estén más predispuestos a que la compañía siga operando de la misma forma a que cambie.

En resumen

Analizando estas compañías vemos un modelo diferente al que estamos acostumbrados. Actualmente nos centramos en que una compañía crezca y produzca la mayor cantidad de beneficios en el menor tiempo posible. Pero estas compañías milenarias nos enseñan a enfocar el mundo de los negocios de otra forma: intentando que las empresas sobrevivan el máximo tiempo posible.

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