Ignacio Arriaga · 26/11/2022
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En esta gloriosa (para algunos) semana del Black Friday he visto que en varias ocasiones se ha preguntado si se suelen hacer descuentos en B2B, especialmente en las ventas de software.
Hay cierta controversia en el sector acerca de los descuentos. Lo normal es decir cosas como:
El problema es que, cuando tu empresa abraza la cultura del descuento, puedes ganar algunas batallas pero ya has perdido la guerra.
Que es algo que queda como muy bien, parece una frase que podrías leer en el Arte de la Guerra, pero pierde bastante fuerza cuando, en el SaaS del tipo que dice esa frase, ves que si contratas una tarifa anual te ofrecen automáticamente un 20% de descuento.
Lógicamente el software no tiene stock, ni caducidad, ni cambios de temporada que son los principales motivos por los que el retail tiene una política de descuentos y rebajas. Por lo que copiar cómo se producen los descuentos en los productos físicos, parece más bien mala idea pero hay formas en las que sí podemos aprovecharlos.
Los descuentos deben estar estandarizados. No hay que permitir que cada persona de la organización ofrezca descuentos a su antojo, porque puede que los utilice en su propio beneficio en lugar de en el de la compañía. Por ello, debe haber una política clara sobre qué descuentos se pueden hacer y en qué situaciones, e intentar no salirse de ellas. Esto también permite ahorrar situaciones feas en las que un cliente se entera de que otro está recibiendo un mayor descuento que el que él tiene, si todos están estandarizados, se le podrá explicar el motivo con claridad.
Los descuentos deben ser privados y discretos. Yo la idea de poner un banner gigante en la web anunciando un descuento para todos los usuarios la dejaría para otro tipo de negocios. Primero, porque vas a canibalizar todo el beneficio que pudiera venir de los clientes que no tengan sensibilidad al precio y, segundo, porque vas a reducir tu tasa de conversión, mucha gente esperará a que ese descuento vuelva a aparecer.
Además de no mostrarlos de forma pública, segmenta a los clientes a la hora de darles un descuento. Algunos buenos momentos pueden ser:
También puedes ofrecer descuentos negativos, que en lugar de reducir el precio lo mantengan, o incluso lo aumenten, a cambio de aumentar el valor que proporcionas. Por ejemplo, si la medida del valor que aportas son los emails que el usuario puede enviar, aumenta ese número en lugar de reducir el precio.
Puedes utilizar los descuentos para promover determinados comportamientos. Por ejemplo:
Aquí hablo de oídas, porque tengo poca experiencia pero mi impresión es que en este segmento vas a tener que pasar por el aro. Hay que intentar aplicar todas las buenas prácticas de las que hemos hablado pero, por lo general, los clientes enterprise asumen que van a recibir un precio inicial y, después, uno con descuento. De hecho en las grandes corporaciones hay equipos directamente dedicados a reducir lo que se paga en determinados contratos.
Descuentos sí, siempre que sean de una forma controlada y que recibamos cosas a cambio: mejorar el cashflow , mejor feedback de los usuarios, evitar una cancelación. Hay que tener cuidado con los incentivos si se tiene un equipo comercial porque los carga el diablo (a los incentivos y a los comerciales). Evita que se ofrezcan descuentos locamente o por defecto a todos los clientes y ten siempre una estructura clara de qué se puede ofrecer y en qué situaciones.
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