Ignacio Arriaga · 08/10/2022
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En cualquier negocio hay un montón de indicadores que nos pueden ayudar a medir cómo está funcionando. Es interesante medir todo lo que sea medible y analizar únicamente lo que sea útil.
Repasar 100 métricas diariamente no tiene ningún sentido, por lo que hay que elegir dos o tres indicadores que nos proporcionen una información general y que podamos analizar de forma constante. El resto de métricas hay que continuar midiéndolas pero no hay que obsesionarse con todas y cada una de ellas.
En el software, hay una serie de métricas que derivan del modelo de suscripción y que son comunes prácticamente todos los negocios de este estilo. Hay muchísimas y algunas derivan de otras pero las principales son:
Las métricas que se analizan desde marketing, además de muchas de las que ya hemos descrito, serían las siguientes:
Cada producto es un mundo pero es interesante monitorizar el uso que están haciendo los usuarios del producto. Estas métricas son muy dependientes del propio producto, pero analizar qué se hace, quién lo hace y cómo de a menudo lo hace es muy útil.
Por ejemplo es necesario para detectar problemas en el onboarding o para detectar los motivos de las cancelaciones e incluso prevenirlas.
Generalmente una de estas métricas de producto suele calificarse como la North Star Metric o NSM. La NSM es una métrica que tenemos claro que si aumenta, aumenta todo nuestro volumen de negocio y que va a impactar positivamente en todos los KPIs financieros. Es difícil encontrar una pero, generalmente, hay que intentar no complicarse excesivamente y elegir qué es lo que tus usuarios han venido a buscar a tu negocio.
Hay métricas que sirven para analizar el impacto que tiene el marketing sobre el propio negocio:
Hay métricas que podría haber incluido en las métricas de negocio pero que he preferido resaltar porque proporcionan una visual muy general de la empresa y sus resultados. Hay cierto debate sobre si son importantes en etapas iniciales. Mi opinión es que este debate es un poco heredado de las empresas con financiación. Si tienes una empresa que no tiene muchos ceros en la cuenta bancaria, míralas porque son útiles:
Para mí, uno de los errores más grandes que podemos cometer, es crear silos de métricas y hacer responsables a unos equipos de unas y a otros de otras. Creo que todos los equipos deben tener acceso constante a todas las métricas. Pienso que si una organización que tiene un tamaño pequeño o mediano no comparte sus KPIs con sus empleados, es porque quiero ocultar algo o porque no confía en ellos. Y cualquiera de las dos opciones es una situación bastante indeseable.
Pienso que crear incentivos económicos basados en métricas que no sean macroindicadores puede ser contraproducente para una organización. Se han dado casos de empresas que estaban al borde de la quiebra y pagaban los incentivos de todos y cada uno de los trabajadores. En mi –poco popular opinión– es muy fácil que se pervierta un sistema de incentivos basado en métricas aisladas.
En la imagen de cabecera de esta newsletter, se puede ver un SaaS analizado como un sistema en el que las distintas métricas están interconectadas. Algunas se utilizan para calcular otras, por lo que hay una relación directa, pero aunque esta relación no exista, sí que hay relaciones de causa efecto entre muchas de ellas.
Entonces, ¿por qué es un problema analizar las métricas de forma individual? Creo que todas ellas tienen influencia en otras, aunque no sean parte de su cálculo directo. Por ejemplo, si queremos aumentar el ARPA, una de las palancas más sencillas será aumentar el precio. Y, sin duda, esto afectará a las tasas de conversión, provocando que haya un descenso en las mismas. ¿Está fallando el equipo encargado del CRO? Lógicamente no, pero al haber modificado una variable, estamos cambiando las premisas con las que trabajan y deberíamos cambiar sus objetivos.
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